viernes, 12 de junio de 2009

La mujer en el franquismo

El primer objetivo del franquismo respecto a la mujer fue machacar, textualmente, a todas aquellas que habían luchado por la República e invertir violentamente cada uno de los logros conseguidos. Las rojas fueron tratadas de depravadas y se experimentó con algunas de ellas en campos de concentración para encontrar la “genética marxista”.

Muchas fueron violadas u obligadas a prostituirse para sobrevivir. Si el aborto, el divorcio, el derecho al trabajo y a la educación, la abolición de la prostitución e incluso la unión entre parejas por medio del sindicato fueron avances angulares, el franquismo y la Santa Cruzada de la Iglesia se los arrancaron de cuajo.

Condenadas a los trabajos de peonaje más duros, realizaron las tareas más repetitivas, extenuantes y eventuales en las fábricas. Aunque en 1961 se promulga la “Ley de los derechos políticos, profesionales y laborales de la mujer”, prosigue la necesidad de tener una autorización marital, el salario es inferior en un 40% al de los hombres, la discriminación es tangencial y todo se escuda en una falta de formación perpetuada por la ausencia de medidas.
Más de 300.000 mujeres morían al año por aborto clandestino. Las trabajadoras eran conscientes de que las mujeres más pudientes tenían toda la higiene médica y moral abortando en el extranjero.
la mujer dejó de tener los derechos que la Constitución de 1931 le había otorgado, como la igualdad con respecto al hombre y el derecho a voto. Con el Régimen, la mujer pasó a asumir el papel de madre y esposa. Muchas de ellas murieron por ser republicanas, unas por ejercer la militancia o la práctica política y otras por ser parientes de hombres de izquierdas. Y muchas fueron condenadas al ser delatadas por conocidos o incluso parientes temerosos de las represalias por conocerlas
La familia era una jerarquía en la que la mujer estaba supeditada al varón y los hijos a los padres. La mujer era la que se llevaba la peor parte, pues su labor era la de satisfacer a su marido, debía estar guapa para él, complacerle en todo. La revista de la Sección Femenina, liderada por Pilar Primo de Rivera, enseñaba a las mujeres a comportarse, siempre supeditadas al hombre, sin derechos, sin opiniones, solo sumisión. Por supuesto que el adulterio estaba castigado por el Código Penal.

La situación laboral de la mujer mejoró en 1959 con el Plan de Estabilización, en 1961 con la Ley sobre Derechos Políticos, profesionales y Laborales de la Mujer, que acababa con la discriminación salarial y de acceso al trabajo, aunque continuaba en vigor la necesidad de la autorización del marido. Esta obligación se mantuvo hasta 1976, cuando entró en vigor la Ley de Relaciones Laborales. También fue importante en 1963 el Plan de Desarrollo, ya que se necesitaba más mano de obra y se recurrió a la mujer para ello.

domingo, 7 de junio de 2009

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